viernes, 3 de diciembre de 2010

soles

Algunas tardes
calurosas como ésta
me refriegan en la cara
la exuberancia de los pastos,
de la luz
encima de mi cabeza
o en el estómago.

Se parecen a César
dibujando el piano de sus dieciocho.

Algunos soles
verdes como éste
se burlan de mi tonito
gris
y la debilidad por sufrir.

Se matan de risa
si me mato de tristeza.

Insisten
porfiados
por entre las rendijas de mi cueva

en iluminar
me.


Fotografía Sebastián Cibau

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