Para A. N.
yo solía ser
un hermoso banquito
amigable
cómodo
bonito
daban ganas de sentarse
tenía techo para la lluvia
y persianas para el viento
blando y suave
irresistible para quienes
esperaban algo
sentados.
yo vivía feliz
e infeliz
todo el tiempo
disfrutando mi existencia
de pequeño mueble.
ahora extiendo las patas
y empiezo a correrme de lugar
ante el siguiente
sujeto
con ganas de sentarse
un poco antes
de que me tiente.
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