hay cierta conexión
entre el clima
y la cabeza,
o entre el clima
y el cuerpo,
es difícil definirlo
como si el grado de luminosidad
debiera mejorar los ánimos,
los valores de energía
o algo así
o por el contrario
si a mayor sol
mayor contraste con el oscuro
pasaje
del dolor
como si los temporales
o las noches
frías
fueran condescendientes
con el hedor
o con Thánatos
o por el contrario
resultaran magia pura
e ideales para llevar a cabo
deleites
de todo tipo
no nos cansamos de decir
que el otoño entristece,
el verano alegra
y la primavera suicida
la enorme ilusión de acomodar
por orden alfabético,
entender
guardar
y archivar
lo que nos transita por dentro
según el
servicio meteorológico nacional.
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