martes, 9 de noviembre de 2010

Il ballo

a G.L.K.                                                                   

Entramos a ese lugar completamente kitsch, surrealista, en Palermo. Nombre italiano, lugar de pastas, atendido por un rastaman y música cubana de fondo. No había modo de encontrar alguna lógica en semejante mezcla. Llenas las paredes de pinturas alocadas, variadas, horribles algunas, curiosas otras. Colgaban del techo dos sillas antiguas hacia un costado, y sobre la entrada unos pajarillos de origami. Arañas antiguas como luces y focos sueltos. Un gatito de porcelana nos clavaba sus ojos cuando entrábamos, entre muñecas viejas y vestidas, apoyadas en el piso.
Nos reímos un poco, ya que habíamos buscado por internet un “lugar de pastas” por la zona. Cuando el mozo -nuestro rastaman- se acercó y nos trajo la carta, no pudimos más que seguir riendo: un pizarrón alto como él, con los nombres de los platos, escritos en estricto italiano.
Pedimos la comida y un vino tinto que nos fusionó con el lugar en breves minutos. Ya no querríamos ir a ningún otro lado que no fuera ese.
Esa noche nos reímos casi todo el tiempo. Qué exquisitos platos y qué bellísimo vino. Cada tanto me acariciabas una mejilla, espontáneo e inesperado, en el medio de la conversación, gesto tuyo que me encantaba. Vos me querías sorprender con algún dicho y yo me anticipaba, y me decías “qué perspicaz, qué rapidita” y te matabas de risa. Y tu boca destellaba ese aliento mezclado con beso apurado que me cautivaba. Yo te devolvía mis ojos brillantes y mi bocaza riendo más fuerte de lo debido, y mis palabras de quererte.
Hablamos de nosotros, armamos una casa, unos hijos, una vida y tejimos días y días con cada uno de sus minutos. Sacabas cuentas y yo te escuchaba, se me escapaba el corazón y vos me lo atajabas cada vez.
Después nos fuimos, y llegamos a tu casa ansiosos por amarnos, apresurados nos deshicimos el uno en el otro, nos recorrimos y nos reencontramos, nos besamos como locos y nos abrazamos hasta no sé qué hora.
Esta noche, ahora que ya no nos tenemos, me acordé de vos.

agosto 2010.

Fotografía: yo- Salta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario