viernes, 22 de abril de 2011

la vecina

Ahora sí.

Ahora sí que a mi alrededor
no hay nada.
Y todo, las casas,
la gente, los autos,
todo ese infierno
que arde a mis costados
no me pertenece.

Ahora sí
que la soledad se quedó
como cuando una mala vecina
nos inoportuna,
se instala en nuestra casa,
habla con voz pegajosa
sin parar, no nos escucha,
tose con los pulmones destruidos,
se prepara unos mates
y se dispone a comentarnos
eternamente
las noticias de la sección espectáculos.


Fotografía Sebastiao Salgado, Patagonia.

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