sábado, 14 de mayo de 2011

Vacaciones

(acerca de las despedidas interminables)

El día anterior habíamos discutido feo. No nos habíamos agredido, más bien no parábamos de llorar. 

Después de las palabras violentas vino la pena enorme, gigante, asfixiante, cómo nos ahogaba, ¿te acordás? Decías y desdecías, halagabas y pateabas a la vez, a la cabeza me diste. Y cuando quise protegerme, bueno, la única forma era yéndome. Si me estabas echando.

Pero te fuiste vos primero, ¿te acordás?

Tenías una larguísima lista imparable e inverosímil de defectos incurables de mi persona que no podías soportar.

Pero como en un cierto punto te eran insuficientes, te culpabas y llorabas. Porque no terminabas de argumentar, vos, el rey de los argumentos.

Nunca me dolió tanto el paisaje. El Cerro de los Siete Colores. Lindo lugar elegiste para clavarme tu adiós.

Lindas vacaciones.

6 comentarios:

  1. Uf, alta densidad en pocas frases. Qué situación! Pienso en momentos más o menos parecidos por los que pasé, y me da "cosa" acá en la boca del estómago. Bueno, al menos yo no me había ido tan lejos. Bah, lejos o cerca, da lo mismo, cada cual lleva su infierno consigo.
    Saludos!

    ResponderEliminar
  2. esas despedidas de las que no terminamos de despedirnos, faaa, besos Caro :)

    ResponderEliminar
  3. Igual, Ali, "todo pasa" (es decir, todo sucede y también todo termina, gracias! Un beso!

    ResponderEliminar
  4. Hola! Qué raro, yo había dejado un comment y desapareció. Más o menos decía que admiraba cuánta densidad en pocas frases. Me hizo recordar ciertas oportunidades similares por las que pasé. Los marcos naturales no eran tan bonitos como el Cerro de los Siete Colores (más bien plazas y bares), pero pienso que en esas situaciones los ojos se ciegan a la belleza.
    Saludos!

    ResponderEliminar
  5. sii, es que blogger anduvo mal, leí tu comentario y lo contesté! gracias, gracias por leer y comentar, abrazo!

    ResponderEliminar