el dolor intravenoso
asciende enloquecido
por los tubos de los rojos
por los tubos de los ojos
como aceite vencido
nafta
solvente
como mezcla de ácidos
corrosivos
a la paciencia innumerada
el dolor no tiene boca
yo tampoco
las palabras están en otro lado
Las palabras están en otro lado...y sin embargo tan presentes y lacerantes en la lectura silenciosa. Un beso enorme
ResponderEliminarLas palabras están en todos lados y en ninguno, gracias Andy! Abrazo!
ResponderEliminarel dolor es el mejor aliado de las palabras
ResponderEliminarparece... gracias Pablo! abrazo
ResponderEliminarMientras el dolor no tenga boca seguirá circulando eternamente por las venas junto a las palabras. Abrazo!
ResponderEliminargracias, poeta! abrazo
ResponderEliminarYo sé donde están escondidas las palabras: aquí en tu blog...
ResponderEliminarGracias Manuel! Un abrazo!
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