domingo, 3 de julio de 2011

EL POST DE LOS LUNES: Se sabe



Se sabe que para que algunas cosas puedan vivir, puedan comenzar, sí o sí otras tienen que morir. Se sabe que para pasar a algo mejor (o menos peor, según el caso) hay que cerrar algún otro asunto, despedirse. No hay otro modo, no lo hay.
Y sin embargo, quién se banca los finales. Quién quiere perder algo, quién quiere pasar a otra cosa, cortar, lamentarse, repasar en la cabeza qué hubiera pasado si, arrepentirse, no arrepentirse, dar mil vueltas sobre lo mismo, o un par no más.
Quién se anima a nadar en el hueco incierto de la nada, porque mientras uno anda por ahí no sabe cuán lejos está el algo, cuánto más hay que andar, a veces ni se vislumbra.

Y ni hablar de lo perdido: suele ser más el dolor por lo que pudo haber sido que por lo que se pierde.

Un lugar en el otro es lo que uno no quiere dejar de tener, quizás más que a ese otro (un trabajo, un reconocimiento equis, un sitio entre las amistades o con un amigo en particular, en la familia, en una relación amorosa, un ideal. Uf, ese cómo duele).
Dueeele.
Por eso –recomiendo- hay que agarrar la felicidad en las pequeñas dosis en que se aparezca.
Apretarla en la mano hasta que se implante en la palma, a ver si deja huella, total ya se va a escapar.

También existe el aburrimiento que es una buena forma de mantenerse estable, capaz no demasiado contento pero –y esto es central- tampoco demasiado triste.

Algunos creen que se puede estar feliz en forma más o menos permanente, no seré yo quien lo contradiga o lo desmienta, menos hoy, menos acá.

Por supuesto.

4 comentarios:

  1. pues si... que los que puedan ser felices lo sean cuanto puedan... de acuerdo contigo: vamos a aprovechar lo que nos llegue

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  2. gracias Pablo, por leer y comentar siempre! un abrazo!

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  3. Conocí el blog por tu twitter que vaya uno a saber como llegué a él. La cuestión es que me alegro de haber llegado porque sinceramente me encantan tus últimos escritos (los que leí recién). Con respecto a este último, el otro día pensaba que uno pude ser feliz - e incluso estar bien con uno mismo - por elección. Uno puede ser la persona más melancólica, triste y por qué no también, puede ser de lo peor... pero ¿para qué? si los sueños son sólo sueños ni me gasto en soñarlos, asi que seamos felices, por elección... propia, al menos el tiempo que se pueda. Seguiré pasando con gusto por aquí.

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  4. gracias! tener un lector optimista es alentador! no, en serio, gracias por leer y comentar! (ahi descubrí tu blog, ya lo voy a andar), salut!

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