Los amores fugaces no son un problema
siempre y cuando
la velocidad sea precisa.
Ni bien se alargan
como sacudón de terremoto
sin pronosticar
o se adhieren
como la saliva al beso,
algo se desata y muere.
Los amores fugaces que se creen eternos
arrinconan hasta doler
a pesar de las hipótesis mejor argumentadas,
no hay kilómetros o papeles o idiotas
que lo convenzan
de que se retire
sin sangre,
sin que los cortes a la altura del abdomen
dejen ver los órganos
grises y ajenos
boqueando como los peces que se mueren
al respirar por la última vez.
El amor no es fugaz,
es el principio y el final de todo
lo que se niega
a sí mismo,
ruedo al bies,
agua en los dedos,
los olores de la noche.
Contraría la rapidez
con la que las cosas se nos caen,
se pierden o se deshacen,
es un militante de la permanencia.
Los amores fugaces no existen.
no. son los que te acordás siempre. y sí.
ResponderEliminarbeso, linda.
gracias, maestra. abrazo!
ResponderEliminarlos amores fugaces no existen... bien.. pero ¿Existen amores que no sean fugaces ? digo, siendo fugaces como somos en este universo que nisiquiera es eterno....
ResponderEliminaruf yo qué sé, me confundiste!
ResponderEliminargracias por leer! abrazo